RESUMEN: HÁBITO 4




Cabeza en alto, luces encendidas, orejas atentas, baja el puente levadizo, cruza el foso de la mente cerrada y aprende a reconocer esa sensación que te invade cuando sucede algo sorprendente e inspirador justo delante de tus ojos. Lo reconocerás cuando suceda, siempre que sepas lo que andas buscando.
La mente necesita estar alerta, pero al mismo tiempo debe estar relajada y abierta. Ese es el secreto de algunos grandes descubrimientos. Detectar esos momentos que te plantean preguntas nuevas y aprovecharlos es una habilidad. Solamente exige que practiques mantener la mente abierta y detectes las cosas que hacen saltar la alarma de la intuición. Muchas personas que han aplicado su capacidad de detectar cosas han hecho fortuna. Piensa en los músicos, que son maestros en fijarse en las cosas. La mente abierta es el fundamento de la interpretación musical en conjunto. Todos los miembros de un grupo se fijan en lo que hacen los demás y se adaptan a notas inesperadas o a cambios de acorde. Ese debería ser tu fin.
Pero para lograrlo debes apagar el ruido, alejarte del mar de los Sargazos de la mente y debes salir del estado de preocupación. Fijarse en cosas, la contemplación, y la inspiración a menudo surgen del tedio. Lamentablemente los teléfonos inteligentes han exprimido el juego del aburrimiento, y lo que solía ser un compost rico y fértil para fijarse en las cosas se ha resecado. 
Diversos estudios han demostrado que generar un estado de aburrimiento mediante tareas tediosas induce a la mente a pensar más allá de la vía férrea predefinida del pensamiento normal.

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